Trastornos de conducta en adultos mayores: causas y síntomas

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Los trastornos de conducta en adultos mayores pueden ser complejos. En este artículo, profundizaremos en los más frecuentes, en sus causas y manifestaciones. Además, aportaremos estrategias prácticas para intervenir ante estos trastornos.

¿Qué es la psicogerontología?

La psicogerontología es una rama de la psicología que se enfoca en el estudio y comprensión de los aspectos psicológicos del envejecimiento y la vejez. Se centra en el análisis de los cambios psicológicos y emocionales que experimentan las personas a medida que envejecen, así como en el desarrollo de estrategias e intervenciones para mejorar la calidad de vida en la vejez.

Los/as psicogerontólogos/as se dedican a investigar temas relacionados con el envejecimiento, como la memoria, la cognición, las emociones, la adaptación a las transiciones de la vida, la relación con la salud mental y física, y la participación en actividades significativas. Además, trabajan en el diseño de intervenciones terapéuticas y programas que puedan ayudar a las personas mayores a enfrentar los desafíos psicológicos asociados con el envejecimiento.

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Trastornos de conducta en adultos mayores más comunes

Los trastornos de conducta en personas mayores son afecciones que afectan el comportamiento, la cognición o las emociones de los individuos de edad avanzada. Estos trastornos pueden ser el resultado de diversas causas, que van desde problemas médicos hasta cambios en el entorno social. Algunos de los trastornos de conducta más comunes en personas mayores incluyen:

  • Demencia: la demencia es un trastorno cognitivo que afecta la memoria, el pensamiento y la capacidad para realizar actividades diarias. Puede manifestarse a través de cambios en la personalidad, agitación, confusión y desorientación.
  • Depresión: la depresión es común en personas mayores y puede manifestarse con síntomas como tristeza persistente, falta de interés en actividades antes placenteras, pérdida de apetito y cambios en el sueño.
  • Trastorno de ansiedad: los trastornos de ansiedad, como el trastorno de ansiedad generalizada o el trastorno de pánico, también pueden afectar a personas mayores. Los síntomas incluyen preocupación excesiva, nerviosismo y síntomas físicos como temblores o sudoración.
  • Trastorno del sueño: los problemas para conciliar el sueño o mantenerlo son comunes en personas mayores. Esto puede deberse a diversas razones, como dolor crónico, efectos secundarios de medicamentos o cambios en el ritmo circadiano.
  • Trastorno de personalidad: algunas personas mayores pueden experimentar cambios en la personalidad debido a condiciones médicas, como lesiones cerebrales o enfermedades neurodegenerativas.
  • Trastorno de control de impulsos: en algunos casos, las personas mayores pueden desarrollar trastornos de control de impulsos, como la cleptomanía o la ludopatía, que pueden afectar negativamente su calidad de vida.

Es importante destacar que la identificación y el tratamiento de los trastornos de conducta en personas mayores pueden ser desafiantes debido a la coexistencia de múltiples condiciones médicas y factores sociales. La evaluación y el manejo suelen requerir la colaboración de profesionales de la salud, como médicos, psiquiatras, psicólogos/as y trabajadores/as sociales. La participación de familiares y cuidadores/as también es crucial para brindar apoyo emocional y ayudar en la gestión de estos trastornos.

Intervención en trastornos de conducta en personas mayores

La intervención psicológica en trastornos de conducta en personas mayores es crucial para mejorar la calidad de vida y el bienestar emocional de este grupo de la población. A continuación, te detallamos algunas estrategias y enfoques que los/as psicólogos/as pueden utilizar en la intervención:

  • Evaluación integral: antes de implementar cualquier intervención, es esencial realizar una evaluación exhaustiva del individuo. Esto incluye evaluar la salud mental, física y cognitiva de la persona mayor, así como su entorno social y familiar.
  • Terapia cognitivo-conductual (TCC): la TCC es un enfoque efectivo para abordar patrones de pensamiento y comportamiento negativos. Puede ayudar a las personas mayores a identificar y cambiar pensamientos disfuncionales, así como a desarrollar estrategias para manejar el estrés y las emociones negativas.
  • Terapia de reminiscencia: este enfoque implica recordar eventos y experiencias pasadas de manera estructurada y guiada. La terapia de reminiscencia puede ayudar a las personas mayores a encontrar significado en sus vidas, promover la autoestima y reducir la ansiedad.
  • Entrenamiento en habilidades sociales: para las personas que experimentan trastornos de conducta relacionados con la interacción social, el entrenamiento en habilidades sociales puede ser beneficioso. Esto implica enseñar y practicar habilidades sociales apropiadas en diversas situaciones.
  • Intervenciones familiares: incluir a la familia en el proceso terapéutico puede ser crucial. Brindar apoyo a los familiares y enseñarles estrategias para lidiar con el comportamiento problemático puede mejorar la dinámica familiar y el cuidado del paciente.
  • Estimulación cognitiva: para las personas mayores con trastornos cognitivos, como la demencia, las intervenciones que estimulan cognitivamente, como actividades de memoria y ejercicios mentales, pueden ser beneficiosas.
  • Apoyo emocional: proporcionar un espacio seguro y de apoyo emocional es fundamental. Las personas mayores a menudo enfrentan pérdidas, cambios en la salud y otros desafíos que pueden afectar su bienestar psicológico.
  • Adaptaciones ambientales: modificar el entorno físico para adaptarse a las necesidades de la persona mayor puede ser útil. Esto puede incluir cambios en la iluminación, la disposición del mobiliario y la creación de rutinas estructuradas.

Es importante destacar que la intervención psicológica debe ser adaptada a las necesidades individuales de cada persona mayor y estar en línea con sus capacidades y limitaciones. Además, la colaboración interdisciplinaria con profesionales de la salud, como médicos/as y trabajadores/as sociales, es esencial para abordar de manera integral los trastornos de conducta en personas mayores.

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