Las habilidades personales que todo psicólogo debe tener, o las cualidades fundamentales para ser un buen psicólogo
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Psicología Clínica
Tabla de contenidos
¿Cuáles son las habilidades personales que se deben llevar a cabo en terapia?
¿Qué es la relación terapéutica y qué puede hacer el psicólogo para favorecerla?
En este artículo conocerás los fundamentos básicos para ser un buen psicólogo y conseguir una terapia exitosa.
Habilidades personales de un buen psicólogo
La eficacia de la terapia psicológica depende no solo de las técnicas de diagnóstico y tratamiento en intervención, sino de las habilidades terapéuticas que posea el psicólogo.
En muchas ocasiones, el papel de este puede llegar a ser frustrante y agotador al estar constantemente involucrado en las experiencias traumáticas de sus pacientes, y puede darse lo que se conoce como “desgaste por empatía”.
Por ello, el terapeuta deberá conocer y dominar una serie de habilidades personales que le permitan gestionar sus emociones e impulsos en terapia:
- Aceptación: comprender que hay diversas situaciones y contextos de vida y que cada uno de ellos es igual de respetable que otros.
- Autoconocimiento: conocer las principales limitaciones que tenemos y actuar de acuerdo a ellas, evitando que puedan influir en terapia. Algunas limitaciones personales podrían ser el miedo al fracaso, la necesidad de control, la necesidad de aprobación…
- Autorregulación: lo anteriormente comentado debe ir en acompañamiento de una buena gestión de las emociones para que las limitaciones que tenga el psicólogo no interfieran en la terapia, y si lo hacen, poder detectarlas y anticiparlas.
- Experiencia vital: un amplio historial de experiencia favorece la comprensión de la situación del paciente y consecuentemente, un abordaje más empático. Pero hay situaciones que deben evitarse, como ciertas experiencias vitales recientes que puedan crear efectos de interferencia.
- Formación: tener una buena carrera teórica y práctica puede garantizar una buena interpretación de la información.
- Flexibilidad: saber adaptarse a las diferentes situaciones que se le planteen en terapia y manejar una variedad de técnicas terapéuticas.
Actitudes a evitar para ser un buen psicólogo
En muchas ocasiones, la intervención psicológica puede no estar funcionando, y tal vez el motivo sea la mala praxis del psicólogo. Es por esto por lo que como profesionales de la ayuda tenemos que tomar una serie de consideraciones a evitar:
- Curiosidad: deben evitar indagar en aspectos de la vida del paciente que no tengan que ver con la terapia.
- Abuso de poder: deben evitar usar su rol con el fin de mostrarse superior o influenciar al paciente en sus decisiones y creencias.
- Autoterapia: deben evitar enfocarse en los problemas personales del paciente que tengan que ver con los suyos propios.
- Criticar y juzgar: deben evitar corregir aspectos de la vida del paciente o juzgar las situaciones pasadas de su vida.
- Hostilidad: deben evitar mostrarse a la defensiva cuando el paciente se exprese o estén en desacuerdo con él.
- Cumplimiento de los principios éticos y profesionales establecidos en el código deontológico: deben cumplir dichos principios, garantizando entre ellos la confidencialidad, por ejemplo.
La relación terapéutica
Durante el proceso terapéutico es importante el vínculo que se establece entre el psicólogo y el paciente, el cual se basa en la confianza y el entendimiento para un buen abordaje de la situación problemática.
El establecimiento de una relación terapéutica en la que se trabaje conjuntamente psicólogo y paciente se considera esencial dentro del proceso psicoterapéutico. Diversas investigaciones han mostrado que es un factor que incide directamente en el cambio terapéutico y que los resultados en la intervención están más ligados a lo que el psicólogo transmita.
Actitudes del psicólogo que favorecen la relación terapéutica
Según Rogers, tres son las actitudes fundamentales a la hora de llevar a cabo una intervención:
- Escucha activa: saber escuchar es esencial en terapia, ya que permite comprender y comunicar información de manera eficaz. Esta actitud se puede entrenar e ir mejorando progresivamente, buscando un equilibrio.
- Empatía: la empatía se define como la capacidad para comprender a los demás y actuar basándose en dicha comprensión. Se trata de implicarse no solo en lo expresado por el paciente, sino en captar aspectos más allá.
- Aceptación incondicional: implica no hacer juicios de valor sobre el paciente y aceptarlo como es. Se le reconoce al paciente independientemente de sus actuaciones en un momento dado.
Aparte de esto, existen más características que influyen en el proceso de creación de la relación terapéutica:
- Cordialidad.
- Competencia.
- Confianza.
- Autenticidad.
- Sentido del humor.
Autocuidado del psicólogo
La calidad del vínculo terapéutico va a depender en gran medida de self del psicólogo. Como hemos comentado anteriormente, el agotamiento emocional al que se ve sometido (“desgaste por empatía”) constituye un problema a la hora de llevar a cabo su trabajo.
Por lo tanto, se han descrito una serie de estrategias para favorecer el autocuidado, como pueden ser: el registro de los malestares, la participación en actividades gratificantes y la supervisión formal por parte de alguien externo.