Funciones ejecutivas: ¿Qué son y cómo se trabajan?

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En el día a día encontramos situaciones en las que tenemos que tomar decisiones y enfrentarnos a los problemas de la forma más asertiva posible. También tenemos que adaptarnos a los cambios que se producen en el contexto y alcanzar las metas que nos hayamos planteado.

Estos procesos se llevan a cabo mediante las denominadas “funciones ejecutivas”. En este artículo conocerás qué son, cuáles son los distintos procesos que las componen, en qué trastornos se encuentran alteradas y cómo trabajarlas mediante distintos ejercicios.

¿Qué son las funciones ejecutivas?

Las funciones ejecutivas son procesos cognitivos superiores que tienen un papel importante en el día a día de la persona. Se encargan de organizar, guiar, atender, anticipar, percibir, actuar y regular nuestro comportamiento cotidiano, dirigiéndose a la consecución de una meta.

Las funciones ejecutivas, por tanto, se encargan de ayudarnos a tomar decisiones, solucionar problemas, adaptarnos al contexto, hacer una planificación y en la regulación de nuestros comportamientos. Son las encargadas de ejercer el control sobre los procesos cognitivos básicos.

Las funciones ejecutivas se localizan en el área frontal del encéfalo, concretamente, en la corteza prefrontal. Existen numerosas investigaciones sobre cómo esta área está relacionada con el control atencional y la supervisión de los procesos cognitivos superiores. Un deterioro en esta área provocaría graves problemas a la persona en su vida cotidiana.  

Las funciones ejecutivas se desarrollan en mayor medida a partir de los seis-ocho años, y pueden continuar madurando hasta los veinticinco años. Algunas personas desarrollan con anterioridad esta zona cerebral más que otras.

Numerosas investigaciones han evidenciado que las funciones ejecutivas predicen nuestra manera de desenvolvernos en un futuro en diferentes ámbitos, como por ejemplo, la relaciones sociales, la vida académica y laboral, la salud mental… 

Ejemplos de funciones ejecutivas serían los siguientes: levantarse y planificar la mañana siguiendo una rutina, elegir entre dos camisetas para ir al gimnasio, mantener la atención en el deporte que se está practicando, ir a algún sitio y olvidarse de qué tenía que hacer…  

¿Cuáles son las distintas funciones ejecutivas?

Las funciones ejecutivas se componen por un conjunto de actividades mentales complejas de gran utilidad para la supervivencia del individuo y su adaptación al medio. A continuación mencionaremos algunos de los más importantes.

Memoria de trabajo: 

Es la capacidad de almacenamiento temporal de los datos para su uso reciente en tareas cognitivas complejas.

Razonamiento: 

La capacidad de recoger las distintas informaciones y crear una conexión entre ellas para dar una respuesta lógica y poner solución a una cuestión.

Flexibilidad cognitiva: 

Nos permite adaptarnos a los cambios que acontecen en el entorno de manera improvisada, elaborando nuevas alternativas y planificando la situación de nuevo. Está muy relacionada con la que mencionamos, a continuación, la planificación.

Planificación: 

Nos permite diseñar secuencias de actos con base en una meta específica. Está relacionada con la anticipación, ya que buscamos inferir que consecuencias va a tener una conducta para elaborar un plan de acción.

Inhibición de la respuesta: 

Es la capacidad para actuar mediante la regulación de nuestra conducta, impidiendo que seamos capaces de sucumbir a los impulsos.

Toma de decisiones: 

Es la capacidad para saber escoger entre dos o varias opciones haciendo un análisis sobre las ventajas y desventajas de cada alternativa.

Anticipación: 

Nos permite prever las consecuencias de una acción y la proyección futura de nuestros actos. Está relacionada con la toma de decisiones, ya que con base en lo que anticipemos decidiremos qué rumbo elegir.

¿Cómo se trabajan las funciones ejecutivas?

Las funciones ejecutivas sirven para desenvolvernos en el entorno y poder planificar nuestro día a día mediante una rutina. Es por ello, que las personas que tienen un deterioro en las funciones ejecutivas presentan problemas a la hora de seguir secuencias de acciones o a la hora de organizarse. Por ejemplo, tiene un papel relevante en la vida académica o laboral, ya que nos permiten mantener un control atencional sobre una tarea y planificar una meta.

Pese a esto, las funciones ejecutivas pueden trabajarse mediante la rehabilitación o estimulación cognitiva y la práctica continuada, lo cual puede mejorar la calidad de vida de las personas y fomentar su autonomía. 

Existen numerosos ejercicios para practicar las funciones ejecutivas por separado, centrándose algunos en la memoria de trabajo, o en la planificación de secuencias, por ejemplo. También se pueden encontrar diferentes recursos y plataformas online para poder entrenar mediante nuestro teléfono móvil o tablet. La mayoría de estos programas empiezan bajo supervisión de un especialista, en este caso un neuropsicólogo, el cual se encargará de llevar un seguimiento en la actividad y los avances del paciente.

Trastornos asociados con las funciones ejecutivas

Es frecuente encontrarse con trastornos en los que las funciones ejecutivas se encuentren deterioradas. Existen estudios que mencionan los distintos trastornos en los que la lesión de estos procesos explica la sintomatología existente. Se pueden categorizar en los que se dan en trastornos del neurodesarrollo y en trastornos en adultos. A continuación, nombraremos los principales trastornos según la categoría anteriormente mencionada.

Los trastornos del neurodesarrollo asociados con las funciones ejecutivas son:

  • Trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
  • Trastornos del aprendizaje.
  • Trastornos del espectro autista.
  • Depresión infantil.
  • Trastornos de la conducta infantil.
  • Trastorno obsesivo-compulsivo infantil.

Los problemas que más suelen presentar los niños con déficit en las funciones ejecutivas son la elaboración de planes, el control de las emociones y la atención. 

Los trastornos de adultos asociados con las funciones ejecutivas son:

  • Trastornos neurodegenerativos.
  • Tumores y lesiones cerebrales.
  • Abuso de sustancias.
  • Trastornos obsesivo-compulsivos.
  • Esquizofrenia.
  • Depresión mayor.