Fatiga por compasión en profesionales de cuidados paliativos
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Psicología Clínica
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La labor de los profesionales que trabajan en cuidados paliativos está impregnada de una profunda vocación de servicio, empatía y acompañamiento al sufrimiento humano. Sin embargo, ese contacto continuado con el dolor, la pérdida y la muerte puede acarrear consecuencias psicológicas significativas. Una de ellas es la Fatiga por compasión, un fenómeno que afecta especialmente a quienes se dedican al cuidado de personas gravemente enfermas o en el final de la vida. Comprender, prevenir y abordar esta problemática es fundamental para preservar la salud mental de los profesionales y garantizar una atención íntegra y humanizada.
¿Qué es la Fatiga por Compasión?
La Fatiga por Compasión, también conocida como estrés traumático secundario, se refiere al desgaste emocional y físico que sufren los profesionales como consecuencia de la exposición reiterada al sufrimiento ajeno. Aunque puede confundirse con el burnout o síndrome de desgaste profesional, existen diferencias clave: mientras el burnout está relacionado con condiciones laborales adversas y crónicas, la Fatiga por Compasión surge del exceso de empatía y de la implicación emocional constante con los pacientes.
Síntomas frecuentes
Los signos más comunes incluyen:
- Agotamiento emocional persistente
- Pérdida de sentido en el trabajo
- Sensación de impotencia ante el sufrimiento de los pacientes
- Aislamiento social o irritabilidad
- Trastornos del sueño
- Disminución de la empatía
Estos síntomas no solo afectan al bienestar del profesional, sino también a la calidad de la atención que brinda.

El entorno de los cuidados paliativos: terreno fértil para la Fatiga por Compasión
En el ámbito de los cuidados paliativos, los profesionales no solo tratan el dolor físico de los pacientes, sino que también se enfrentan a dimensiones emocionales, sociales y espirituales del sufrimiento humano. Acompañan en la última etapa de la vida, conviven con el duelo anticipado de las familias y toman decisiones complejas sobre tratamientos, sedación o despedidas.
Esta interacción constante con el dolor y la muerte puede generar una sobrecarga emocional. Si no se gestionan adecuadamente los límites personales y profesionales, puede surgir la Fatiga por Compasión como una respuesta adaptativa disfuncional al sufrimiento ajeno.
Factores de riesgo y vulnerabilidad
No todos los profesionales experimentan la Fatiga por Compasión del mismo modo. Algunos factores que incrementan la vulnerabilidad incluyen:
- Alta carga asistencial y escasez de recursos
- Falta de formación en manejo emocional
- Personalidad con alta sensibilidad empática
- Experiencias personales previas de duelo no resueltas
- Falta de apoyo institucional o de equipos
Consecuencias personales y profesionales

La Fatiga por Compasión no solo compromete la salud psicológica del profesional (ansiedad, depresión, somatizaciones), sino que también puede derivar en:
- Desvinculación emocional con los pacientes
- Aumento del absentismo laboral
- Conflictos en los equipos de trabajo
- Desmotivación profesional o abandono del puesto
Desde una perspectiva ética y humanista, resulta prioritario atender esta problemática para preservar el vínculo terapéutico y la calidad de la atención.
Estrategias de prevención y abordaje
Autoconciencia emocional y formación continua
Promover en los equipos la reflexión sobre las propias emociones, el reconocimiento de los primeros signos de desgaste y la adquisición de herramientas psicológicas para la regulación emocional es clave. La formación en habilidades como la autocompasión, el mindfulness o el manejo del duelo son recursos especialmente útiles.
Supervisión y espacios de descarga emocional
Disponer de espacios seguros donde compartir experiencias, emociones y dificultades con otros profesionales favorece la elaboración emocional del impacto del trabajo. La supervisión clínica, las reuniones de equipo con componente emocional o los grupos Balint pueden ser herramientas efectivas.
Límites saludables y autocuidado
Fomentar una cultura del autocuidado que no sea vista como egoísta, sino como condición necesaria para el buen ejercicio profesional, es fundamental. Esto incluye:
- Respetar los tiempos de descanso
- Realizar actividades placenteras fuera del ámbito laboral
- Practicar ejercicio físico y alimentación saludable
- Buscar apoyo psicoterapéutico si es necesario
Apoyo institucional y liderazgo empático
Las instituciones tienen un rol clave: promover condiciones laborales saludables, fomentar el trabajo en equipo, reconocer emocionalmente a los profesionales y formar líderes con competencias emocionales puede marcar una diferencia en la prevención de la Fatiga por Compasión.
La importancia del trabajo interdisciplinar

Los cuidados paliativos se basan en una visión holística del paciente. Este enfoque también debe aplicarse al cuidado del cuidador. La colaboración entre psicólogos, trabajadores sociales, médicos, enfermeros y fisioterapeutas no solo mejora la atención al paciente, sino que permite distribuir la carga emocional, brindar apoyo mutuo y construir estrategias colectivas de afrontamiento.
Casos clínicos y testimonios: visibilizar para comprender
Incluir el testimonio de profesionales que han atravesado la Fatiga por Compasión permite visibilizar el problema y generar empatía dentro de los equipos. Los relatos en primera persona ayudan a desestigmatizar el sufrimiento emocional en contextos sanitarios y facilitan la búsqueda de ayuda.
«Me di cuenta de que algo iba mal cuando dejé de emocionarme ante la tristeza de los familiares. Era como si me hubiera vaciado por dentro. Ahí entendí que necesitaba parar, cuidarme y volver a reconectar con mi vocación.»
Intervención psicológica: una herramienta esencial
El abordaje de la Fatiga por Compasión desde la psicología puede incluir:
- Psicoterapia individual centrada en el trauma vicario
- Terapia cognitivo-conductual para reformular creencias disfuncionales («no puedo fallar nunca», «no tengo derecho a descansar»)
- Terapias basadas en la compasión y mindfulness para cultivar la presencia plena y el autocuidado
Estas estrategias permiten al profesional reconstruir su bienestar emocional y recuperar el sentido de su trabajo.
La Fatiga por Compasión en profesionales de cuidados paliativos es un fenómeno real, frecuente y prevenible. Requiere una mirada integradora que combine estrategias individuales, institucionales y colectivas. Cuidar a quienes cuidan no es un lujo, sino una necesidad ética y clínica. Reconocer las emociones, crear espacios de elaboración y fomentar culturas organizacionales empáticas son pasos clave para sostener el valor humano de los cuidados paliativos.
