El suicidio en adolescentes: factores de riesgo

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En los últimos años, se ha producido un incremento relevante de los trastornos mentales en menores. En España, los accidentes, suicidios y lesiones autoinfligidas son las principales causas de muerte en niños/as y adolescentes. Si bien, en 2020, a causa del confinamiento, el suicidio pasó a ser la primera causa de muerte por causas externas. En este artículo, profundizaremos en el suicidio en adolescentes, analizando los factores de riesgo y las estrategias de prevención.

Ideación suicida, parasuicidio e ideas pasivas de muerte

El suicidio en adolescentes es un tema que requiere una comprensión y atención profunda para abordar sus desafíos. Para ello, primero, exploremos la ideación suicida, el parasuicidio y las ideas pasivas de muerte, entendiendo la raíz de estos términos y su impacto en la salud mental de los/as jóvenes.

¿Qué es la Ideación Suicida?

La ideación suicida abarca pensamientos, fantasías o planes relacionados con la autodestrucción. Estos pensamientos pueden variar en intensidad, desde simples ideas pasajeras hasta planes detallados y específicos para llevar a cabo el acto suicida.

Es importante entender que la ideación suicida no es un trastorno en sí mismo, sino más bien un síntoma que puede estar asociado a diversos problemas de salud mental, como la depresión, la ansiedad, los trastornos de la personalidad, entre otros. La presencia de ideación suicida indica un profundo malestar emocional y la necesidad urgente de intervención y apoyo. Identificar y comprender la ideación suicida es el primer paso para ofrecer ayuda.

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¿Qué es el Parasuicidio?

El parasuicidio, a menudo malinterpretado, no es un intento de morir, sino un acto autodestructivo sin un deseo real de poner fin a la vida. Los actos asociados con el parasuicidio pueden incluir la autolesión deliberada, como cortarse o quemarse, la ingestión de sustancias en exceso (sin la intención clara de provocar la muerte), o cualquier otro comportamiento que implique dañarse a sí mismo sin la intención inmediata de acabar con su vida.

Es importante destacar que el parasuicidio refleja un estado emocional de angustia significativo y subraya la necesidad de intervención y apoyo. A menudo, las personas que se involucran en comportamientos de parasuicidio pueden estar experimentando una carga emocional abrumadora y recurren a estos actos como una forma de expresar su dolor o buscar alivio temporal.

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¿Qué son Ideas Pasivas de Muerte?

Las ideas pasivas de muerte implican la contemplación de la propia muerte sin un plan activo o específico para llevarla a cabo. En otras palabras, las personas que experimentan ideas pasivas de muerte pueden valorar la posibilidad de morir, pero no están comprometidas con la idea de actuar de inmediato.

Estos pensamientos pueden manifestarse como reflexiones sobre la muerte como una forma de escape o como una respuesta a las dificultades de la vida. A diferencia de la ideación suicida activa, donde la persona podría tener planes detallados o activos sobre cómo acabar con su vida, las ideas pasivas de muerte pueden ser más abstractas y pueden surgir como una manera de lidiar con el dolor emocional. La atención temprana y comprensiva puede marcar la diferencia en la prevención de comportamientos más graves asociados con la ideación suicida.

Factores de riesgo del Suicidio en adolescentes

Los factores de riesgo del suicidio en adolescentes son diversos y multifacéticos, involucrando aspectos biológicos, psicológicos y ambientales. Es crucial comprender estos factores para identificar y abordar las situaciones de riesgo de manera efectiva. A continuación, se describen algunos de los principales factores de riesgo asociados al suicidio en adolescentes:

  • Trastornos de Salud Mental. La presencia de trastornos mentales, como la depresión, la ansiedad, trastornos de la conducta, y trastornos por abuso de sustancias, puede aumentar significativamente el riesgo de suicidio en adolescentes.
  • Historial familiar. La genética y el contexto familiar juegan un papel importante en la salud mental.
  • Experiencias traumáticas. Eventos traumáticos, como abusos físicos, sexuales o emocionales, así como la pérdida de seres queridos o experiencias de bullying, pueden contribuir al riesgo de suicidio.
  • Problemas escolares. El acoso escolar, el rendimiento académico deficiente, la falta de apoyo educativo o la percepción de no encajar pueden ser factores de riesgo significativos.
  • Problemas de relación. Conflictos con amigos/as, compañeros/as, problemas familiares, rupturas de pareja o falta de apoyo emocional, pueden contribuir al riesgo de suicidio.
  • Acceso a medios letales. El fácil acceso a medios letales, como armas de fuego o sustancias tóxicas, aumenta el riesgo de que un/a adolescente lleve a cabo un acto suicida.
  • Identidad de Género y Orientación Sexual. Adolescentes que enfrentan discriminación o falta de aceptación debido a su identidad de género u orientación sexual pueden experimentar un mayor riesgo de suicidio.
  • Impulsividad. La impulsividad y la falta de habilidades para manejar el estrés y resolver problemas pueden aumentar el riesgo de comportamientos suicidas.

Señales de alerta: ¿Cómo reconocer el riesgo?

Es fundamental estar atento a las señales de alerta que indican un riesgo inminente o potencial de suicidio. Estas pueden incluir:

  • Cambios abruptos en el comportamiento, como aislamiento social, abandono de responsabilidades escolares o extracurriculares, pérdida de interés por actividades que antes disfrutaban…
  • Expresiones verbales de desesperanza (“preferiría estar muerto” o “la vida no vale la pena”).
  • Regalos o despedidas inusuales.
  • Cambios en el sueño o en los hábitos alimenticios. 
  • Aumento de irritabilidad o agresión.
  • Descenso en el rendimiento académico.
  • Abuso de sustancias, como el alcohol o las drogas.
  • Cambios en la apariencia personal, como descuido en la higiene personal o cambios drásticos en el estilo de vestir.
  • Acciones Autodestructivas o Autolesiones. 

Factores de Protección

Los factores de protección son elementos que pueden mitigar el riesgo de suicidio en adolescentes, fortaleciendo su resiliencia y bienestar emocional. Al enfocarnos en estos factores, podemos crear entornos más seguros y apoyar el desarrollo positivo de los jóvenes. La conexión emocional con la familia, las amistades saludables, un ambiente escolar de apoyo, el acceso a servicios de salud mental y la promoción de habilidades para la vida son elementos cruciales.

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