Activación Conductual: Una intervención para enfrentar a la depresión

La Terapia de Activación Conductual (AC) se enmarca en las nuevas terapias denominadas de Tercera Generación o Contextuales y está diseñada para aplicar específicamente en depresión.

¿Qué es la Activación Conductual?

La Activación Conductual (AC) es un tratamiento específico para la depresión que se encuentra actualmente en auge, debido al innovador planteamiento de la terapia.

Desde este enfoque se considera a la depresión un trastorno de inacción, que se mantiene a través de las conductas de escape, evitación o rumiaciones, las cuales disminuyen las actividades que son fuente de satisfacción en la persona, creándose un bucle de “tristeza-inacción”. 

Es decir, en la Activación Conductual le dan mayor peso a los factores externos que hacen que se mantenga esa situación evitativa, a los factores internos, como en el caso de la Terapia Cognitiva, la cual se centra en detectar pensamientos y emociones que conlleven un cambio a nivel cognitivo. 

En la Activación Conductual sucede al revés, se busca directamente un cambio en la conducta que conlleve indirectamente cambios internos en la persona. En esto se basa el planteamiento de la AC, en generar una activación que aporte incentivos en el paciente y que conlleve a su vez un cambio en el estado de ánimo, construyendo así patrones de comportamiento saludables en el día a día.

Origen de la Activación Conductual

La Activación Conductual se originó a raíz del análisis de componentes de la TCC llevado a cabo por Jacobson. En este estudio se buscaba averiguar qué tenía mayor peso en cuanto a la eficacia de la terapia, por lo tanto, se partió del programa de tratamiento de Aaron Beck y se asignaron tres condiciones:

1. La primera de ellas contemplaba solo la parte conductual de la TCC, es decir, la Activación Conductual.
2. La segunda combinó la parte de AC junto con la TC tradicional.
3. Y la tercera, incluyó el tratamiento íntegro.

Los resultados mostraron que no hubo diferencias significativas en cuanto a las modalidades de TCC, lo cual significó que la parte conductual era igual de efectiva que el tratamiento íntegro. 

Esto llevó a poner en duda la explicación cognitiva como causa de la depresión, y por ello, se le concedió especial importancia a la parte conductual, llegando así a considerar con independencia la terapia de Activación Conductual. A raíz de esta investigación, se han venido desarrollando estudios para poner en prueba la eficacia de la AC, teniendo resultados positivos e incrementando el interés en esta terapia.

Los diez principios fundamentales de la AC

A continuación, se desarrollarán los principios básicos de la Activación Conductual:

Principio 1

El cambio comportamental tendrá un impacto positivo en la parte emocional. Esto quiere decir, que se defiende un enfoque de afuera a dentro, no hay que esperar a que se tenga motivación para realizar las actividades, sino realizar la actividad y luego la motivación llegará de manera intrínseca.

Principio 2

Los cambios en la vida pueden dar lugar a la depresión y las estrategias que se generan para enfrentarlos pueden ser desadaptativas. Los comportamientos para hacer frente a los nuevos cambios deben ir seguidos de un reforzador natural.

Principio 3

El terapeuta se sirve de un análisis funcional de los antecedentes y consecuentes de la conducta. Esto se practica en terapia, sobre todo para saber cómo influye la programación de determinadas actividades en el estado de ánimo del paciente.

Principio 4

Se hará una programación de actividades conforme a un plan terapéutico. Esta es la parte más importante de la AC, se estructuran las actividades y el terapeuta animará al paciente a actuar desde fuera hacia dentro, basándonose en un objetivo.

Principio 5

Se realizarán los cambios de manera progresiva. El cambio se hará desglosando la conducta objetivo en sus diferentes partes, fomentando así la motivación del paciente y evitando el abandono de la actividad.

Principio 6

Se fijarán como objetivo conductas que impliquen reforzadores naturales. Este tipo de reforzadores, al contrario que los arbitrarios, se producen de manera automática tras hacer una conducta, sin necesidad de tenerlos preparados, por lo tanto, es más probable encontrarlos en la rutina diaria del paciente.

Principio 7

El terapeuta AC actúa como un entrenador. Le ayuda a conseguir los objetivos propuestos y a planificar los pasos para ello, teniendo el paciente la responsabilidad de la realización.

Principio 8

Se adopta una postura centrada en la solución de problemas. Se lleva a cabo un enfoque experimental en el cual terapeuta y paciente actúan juntos descubriendo nuevas maneras de actuar.

Principio 9

La acción es lo que más peso tiene en la intervención. Tienen más importancia las actividades y comportamientos que se dan entre sesiones, que de lo que se pueda hablar en la propia terapia. Es igual de importante proporcionar feedback a través de la revisión entre sesiones de las tareas por parte del terapeuta.

Principio 10

Identificación de problemas en la activación y detección de métodos para solucionar las barreras que puedan aparecer. Como en cualquier terapia, en la AC se presentan problemas a lo largo de la intervención, y es esencial practicar su identificación para anticiparse en un futuro.

Beneficios de la intervención

• Es un enfoque sencillo, tanto para la aplicación del terapeuta, como para la comprensión del paciente. No requiere la modificación de pensamientos, como en el caso de la TC, lo que supone un ahorro de tiempo y complejidad.
• Es una alternativa para la reducción del tratamiento farmacológico en la depresión, por tanto, no produce efectos secundarios y tiene mayor protección en la prevención de recaídas.
• Supone un ahorro tanto económico como de tiempo, ya que se considera una terapia breve, que gira en torno a unas 15 sesiones.