EMDR para tratar recuerdos disociativos en el TEPT

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Psicología Clínica

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La terapia EMDR para tratar recuerdos disociativos en personas con trastorno de estrés postraumático (TEPT) ha emergido como una herramienta eficaz para abordar traumas profundamente arraigados que afectan la memoria y la identidad. Esta técnica psicoterapéutica permite reprocesar experiencias traumáticas, facilitando su integración en la narrativa vital del individuo y reduciendo su impacto emocional.​

Experto universitario en Intervención psicológica en el Trastorno de Estrés Postraumático desde la EMDR

¿Qué son los recuerdos disociativos?

Los recuerdos disociativos son memorias de experiencias traumáticas o altamente estresantes que han sido almacenadas de manera fragmentada o inaccesible en la conciencia habitual. Este tipo de recuerdos puede no estar disponible de forma voluntaria o coherente, y con frecuencia se manifiesta de manera intrusiva, confusa o incluso corporal, como sensaciones físicas inexplicables o reacciones emocionales intensas sin causa aparente.

¿Por qué se producen?

Los recuerdos disociativos se originan generalmente en contextos de trauma severo, especialmente cuando el evento supera la capacidad de la persona para afrontarlo psicológicamente en ese momento. En esos casos, el cerebro puede recurrir a la disociación como mecanismo de defensa, «desconectando» del dolor emocional, físico o cognitivo. Esto protege temporalmente a la persona, pero impide un procesamiento completo de la experiencia.

Características de los recuerdos disociativos

  • Fragmentación: el recuerdo puede no tener un hilo narrativo claro (aparece como imágenes, sonidos, sensaciones físicas).
  • Intrusividad: a menudo emergen de forma involuntaria, en forma de flashbacks, pesadillas o emociones intensas.
  • Desconexión emocional: el recuerdo puede parecer «ajeno» o como si le hubiese ocurrido a otra persona.
  • Ausencia de recuerdo: en casos más extremos, puede haber lagunas completas en la memoria (amnesia disociativa).

Ejemplos clínicos:

Una persona que sufrió abuso en la infancia puede no recordar el hecho de forma consciente, pero experimentar ansiedad o evitación al estar cerca de personas que le recuerdan al agresor.

Otra puede sentir una angustia profunda y repentina al escuchar un sonido específico, sin poder identificar su origen.

Los recuerdos disociativos son comunes en personas con trastorno de estrés postraumático (TEPT), trastornos disociativos y otras condiciones relacionadas con traumas complejos. El trabajo terapéutico, especialmente a través de enfoques como EMDR, busca reintegrar estos recuerdos en la narrativa consciente del paciente para que pierdan su carga perturbadora y puedan ser elaborados de forma adaptativa.

¿Qué es la terapia EMDR y cómo actúa sobre los recuerdos disociativos?

La Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares (EMDR) es una intervención desarrollada por Francine Shapiro en la década de 1980. Su objetivo principal es ayudar a las personas a procesar recuerdos traumáticos que han quedado almacenados de manera disfuncional en la memoria, provocando síntomas como flashbacks, ansiedad y disociación.​

A través de la estimulación bilateral del cerebro—mediante movimientos oculares, sonidos o toques alternos—EMDR facilita la conexión entre las redes neuronales implicadas en el trauma y aquellas responsables del procesamiento adaptativo de la información. Esto permite que los recuerdos traumáticos pierdan su carga emocional negativa y se integren de forma saludable en la memoria del individuo.

La disociación en el TEPT: una barrera para la recuperación

La disociación es un mecanismo de defensa que puede surgir tras experiencias traumáticas intensas, llevando a una desconexión entre pensamientos, emociones, sensaciones corporales y recuerdos. En el contexto del TEPT, esta fragmentación puede manifestarse como amnesia disociativa, despersonalización o incluso trastornos de identidad disociativos.​ 

Estos fenómenos dificultan el acceso consciente a los recuerdos traumáticos, impidiendo su procesamiento y resolución. Por ello, es fundamental abordar la disociación de manera específica en el tratamiento del TEPT.​ 

Aplicación de EMDR en el tratamiento de recuerdos disociativos

Fase 1: Establecimiento de la seguridad y la estabilización

Antes de abordar directamente los recuerdos traumáticos, es esencial crear un entorno terapéutico seguro. El terapeuta trabaja con el paciente para desarrollar recursos internos que le permitan manejar la angustia emocional, como técnicas de relajación, visualización de lugares seguros y fortalecimiento del yo observador.​ 

Fase 2: Evaluación y preparación

Se identifican los recuerdos traumáticos que serán objeto de reprocesamiento, así como las creencias negativas asociadas a ellos. En pacientes con disociación, es crucial avanzar con cautela, asegurándose de que el individuo esté preparado para enfrentar estos recuerdos sin desestabilizarse.​ 

Fase 3: Desensibilización y reprocesamiento

Durante esta fase, el paciente se concentra en el recuerdo traumático mientras se aplica la estimulación bilateral. Este proceso permite que el recuerdo se reprograme en la memoria, disminuyendo su intensidad emocional y facilitando su integración.​ 

Fase 4: Instalación de creencias positivas

Una vez que el recuerdo ha sido desensibilizado, se refuerzan creencias positivas que sustituyen a las negativas previamente asociadas al trauma. Por ejemplo, una creencia de «soy impotente» puede transformarse en «tengo control sobre mi vida».​ 

Fase 5: Escaneo corporal

Se exploran las sensaciones físicas residuales relacionadas con el recuerdo para asegurarse de que no queden tensiones o malestares asociados. Si se detectan, se trabaja sobre ellas hasta su resolución.​

Fase 6: Cierre y reevaluación

Se concluye la sesión asegurando que el paciente se sienta estable y se planifican futuras intervenciones si es necesario. En sesiones posteriores, se evalúa el progreso y se ajusta el tratamiento según las necesidades del individuo.​

Beneficios de EMDR en el tratamiento de recuerdos disociativos

  • Integración de la memoria traumática: EMDR facilita que los recuerdos disociados se integren en la narrativa vital del paciente, reduciendo su impacto perturbador.​
  • Reducción de síntomas disociativos: Al procesar adecuadamente los traumas, disminuyen fenómenos como la despersonalización y la amnesia disociativa.​
  • Mejora de la regulación emocional: Los pacientes desarrollan una mayor capacidad para manejar emociones intensas sin recurrir a la disociación.​
  • Fortalecimiento del sentido de identidad: Al integrar experiencias fragmentadas, se consolida una identidad más coherente y estable.​

Consideraciones especiales en el uso de EMDR para recuerdos disociativos

El tratamiento de recuerdos disociativos mediante EMDR requiere una formación especializada por parte del terapeuta. Es fundamental avanzar al ritmo del paciente, respetando sus límites y asegurando que cuenta con los recursos necesarios para enfrentar el proceso terapéutico.​

Además, es importante tener en cuenta que algunos pacientes pueden necesitar intervenciones complementarias, como terapia cognitivo-conductual o farmacoterapia, para abordar aspectos específicos de su sintomatología.